
Domingo en Nueva York. Y se nota el tráfico, no hay casi ningún coche, al menos por nuestra calle.
Nada más aslir de casa, ponemos rumbo a Columbus Cirlce, una plaza en la esquina suroeste de Central Park, así tendremos nuestro primer contacto con el parque, aunque pensamos visitarlo mejor por la tarde. La plaza en sí es maja, una glorieta con una columna con Colón, y alguna otra escultura por alrededor. También destaca el edificio de la Warner, con centro comercial. Nos acercamos a asomarnos a Central Park y comienza el agobio. ¿Qué agobio? Pues el montón de «comerciales» ofreciéndote bicis en alquiler; en serio, no sé qué comisión se llevarán por cada bici que alquilen, pero por interés no será. Lo impresionante de Central Park a estas horas, es la cantidad de gente que hay corriendo; si parece que hay una carrera profesional, todo el mundo en el mismo sentido, ¿son todos amiguicos y han quedado para correr?
Allí mismo en la plaza, cogemos el metro para subir al norte de Manhattan, a Harlem. Habíamos estado leyendo un poco por el foro de LosViajeros, información sobre las misas gospel, y al final nos habíamos decidido por asistir a una en Greater Refuge Temple (en el 2081 de Adam Clayton Powell Jr Boulevard). La misa empezaba a las 11, pero aunque llegamos un pelín más tarde, la gente seguía entrando. Era curioso una señora en la puerta haciendo de anfitriona, recibiendo a cada persona o grupo que entraba; nos dio la bienvenida muy calurosa, y nos invitó a ir a la parte de atrás pero no hacer fotos. Al entrar, había «acomodadores» que nos indicaron dónde sentarnos. El templo tenía dos pisos: el de abajo, al nivel del altar/escenario ya estaba lleno; nosotros subimos al de arriba, donde subían a los turistas, y la gente local que no iba cabiendo abajo. Ya estaban cantando cuando llegamos y nos sentamos en las butacas (sí, butacas, como en el cine). A mí personalmente me impresionó la música en directo, con batería, teclado y guitarras, sonaba genial. Cantaba un coro de hombres, buenísimo, con algún solo espectacular. Iban intercalando canciones con algún sermón, no se hace especialmente pesado para los que vamos solo al «espectáculo» y a ver una experiencia nueva, aunque no deja de ser una misa. Nosotros nos fuimos a los 40 minutos o así, ya que habíamos visto varias canciones, y este «último» sermón parece durar más que los anteriores. Como consejo, llevar dinero suelto, monedas o billetes pequeños para cuando pasan la bandeja, para colaborar un poco ya que dejan entrar y no cobran entrada…
A la salida, es un poco pronto para comer, pero no para un brunch, esa mezcla de desayuno-almuerzo-comida que se han inventado los gringos para los domingos. Y qué mejor sitio que el lugar de los brunch por excelencia en NYC, Sylvia’s Restaurant (en el 328 de Malcolm X Boulevard). Es un restaurante, también en Harlem, famoso por el brunch de los domingos y por la comida de influencia criolla (estilo de Nueva Orleans). Cuando llegamos había mucha gente por acomodar, pero nos atendieron en seguida. Los domingos hay música en directo, y menús especiales. La comida muy buena, a buen precio; y el té espectacular.

Y ya habiendo comido, al metro para volver a Central Park, ya que antes sólo nos habíamos asomado un poco. Del parque sólo vimos una pequeña parte, ya que es gigantesco. Entramos por la entrada de la parte oeste, a la altura de la 72nd St, así que lo primero que ves es Strawberry Fields, el círculo de Imagine en homenaje a John Lennon, desde donde se ve el edificio Dakota, donde vivía y todavía hoy vive Yoko Ono. Allí cerca está The Lake, el lago pequeño del parque. Y ya adentrándonos por zonas más boscosas y menos transitadas por tanto turista, llegamos al Belvedere Castle, un pequeño palacete en el centro del parque.
Después de las caminatas por el parque, volvimos a la civilización, encaminados hacia el sur, al Rockefeller Center. Y es que con el día tan bueno, decidimos subir al Top of the Rock, donde teníamos previsto ir el primer día, pero aplazamos por las nubes. Top of the Rock (o TOR) es el observatorio del General Electric building, el rascacielos más alto del complejo de edificios que forma el Rockefeller Center.

La idea al subir al TOR es la misma que cuando fuimos al puente de Brooklyn: llegar de día para verlo a plena luz, y esperar a que anochezca, para poder hacer las fotos de noche con todo iluminado. Y es que si os gusta la fotografía, y en especial nocturna, este es el mejor sitio para practicar. Eso sí, hay que tener un poco de paciencia y coger buen sitio, porque hay mucha gente al atardecer. Tanto de día como de noche, las vistas son impresionantes: al norte se puede llegar a ver toda la mgnitud de Central Park, y al sur el downtown. Pero destacando sobre todo el Empire State Building, acompañado de otros edificios como el Chrysler y el MetLife.
Y ya al salir del Rockefeller Center, volviendo hacia casa, las luces de Times Square nos siguen atrayendo, y nos acercamos a echar un vistazo. Esta vez, cae una visita a la tienda de M&Ms. Hay que ver el negocio que tienen montado, ¡¡si son Lacasitos!! Tienen todo lleno de merchandasing… Al final, compro un par de bolsicas de M&Ms, pronto caerán…

Imágenes | dnotivol
Enlaces | Greater Refuge Temple, Sylvia’s Restaurant, Central Park, Top of the Rock