Para comenzar a escribir nuestros scripts simplemente necesitamos abrir nuestro editor de texto plano preferido y lanzarnos a ello. Podemos elegir entre aplicaciones de consola (vi, vim, emacs, joe, nano…), del entorno gráfico (gedit, geany, kate…), o incluso entornos de programación más completos (IDEs como eclipse). Cualquier opción es válida, pero son recomendables las que reconocen la sintaxis de Perl y marcan en distintos colores las directivas del script (se recomienda entonces, vim antes que vi, o geany mejor que gedit).
Como convención, los scripts en shell se guardan con la extensión “pl”.
Veamos el código de nuestro primer script en Perl, el clásico “Hola mundo”:
#!/usr/bin/perl -w # example02.pl - Hola mundo (Primer script en perl) use strict; use warnings; print "Hello world";
Para ejecutar nuestros scripts, podemos seguir cualquiera de estos dos métodos, desde la terminal:
- Ejecutar el intérprete de Perl pasándole como argumento la ruta del script:
$ perl example02.pl Hello world
- Darle permisos de ejecución al archivo que contiene nuestro script, y ejecutarlo directamente desde la shell:
$ chmod +x example02.pl $ ./example02.pl Hello world
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