Hoy domingo volvemos con el segundo artículo de nuestro resumen de noticias, el mix de la semana:
Si alguna vez os habéis preguntado por qué los planos del metro son así y no siempre reflejan muy fielmente la geografía de las ciudades, en Diario del viajero tenéis la explicación contada con ejemplos y un poquito de historia del asunto.
En cuanto a los billetes, el sistema es más sencillo que el que ya contamos del metro de Washington; no hace falta elegir el trayecto ni validar el billete a la salida. Las tarifas son únicas sin depender del recorrido que hagas, una vez pagas el billete y lo validas a la entrada, puedes hacer todos los trasbordos que quieras hasta que salgas de nuevo al exterior. Pero hay varios formatos de billetes:
Billete sencillo, el Single-ride MetroCard, que es válido para un solo trayecto, y vale 2.50$. Es la única opción si solo queremos hacer un trayecto. Si vamos a realizar al menos 2, es mejor que nos hagamos con una tarjeta recargable.
Tarjeta recargable, que también se llama MetroCard y en apariencia es casi idéntica al billete sencillo. Permite cargar más saldo en la tarjeta e ir descontando e ir recargando de nuevo según se vaya gastando. La ventaja es que con esta tarjeta cada uso cuesta 2.25$. Si dispone de saldo suficiente, la tarjeta se puede usar para hasta 4 personas (pasándose la tarjeta de uno a otro al validarla en el torno). No se puede comprar un nuevo billete recargable por 2.25$ (para que no cueste menos que uno sencillo), pero si te queda menos saldo, puedes recargarla hasta llegar a 2.25$, con lo que puedes agotarla, sin dejar calderilla inutilizable.
Bono para varios días; sin duda la mejor opción si vamos a pasar varios días en Nueva York, y pensamos hacer uso del metro. Existen bonos para 7 días por 29$, y para 30 días por 104$, con lo que si hacemos cuentas el ahorro es considerable. Es individual y permite realizar un número ilimitado de trayectos durante la validez de la tarjeta (a contar desde el primer uso hasta la medianoche del 7º o 30º día).
Sea cual sea el billete que elijamos, todos se pueden comprar en las máquinas expendedoras que se encuentran en cada entrada de metro, tanto con dinero en metálico como con tarjetas de crédito o débito. Y como es de esperar, todos se usan de la misma manera, pasándolos por los lectores de tarjetas que hay en los tornos a una velocidad «media» (si los pasas muy rápido o muy lento pueden dar error de lectura), hasta que el cartelito cambia a verde con el mensaje «GO». Pues eso, let’s go!
Damos un repasillo al sistema de metro de Nueva York, para intentar aclarar algunas dudas, y dar algún consejillo en cuanto a las líneas y los billetes.
Creo que sobra decir que es la red de metro más extensa del mundo, que tiene cerca de 500 estaciones, que ha sido en sí mismo protagonista de películas (Asalto al tren Pelham 123, por ejemplo), y otras curiosidades que podemos leer en Wikipedia. Está operado por la Autoridad Metropolitana del Tranporte, la MTA (Metropolitan Transportation Authority) y cubre 4 de los 5 distritos de Nueva York (Manahttan, Brooklyn, Queens y The Bronx), ya que Staten Island tiene ferry y línea de ferrocarril, pero se le considera separado del subway. Pero vamos sa intentar centrarnos, en las líneas y los billetes.
No vamos a entrar en detalles de las líneas de metro, mejor ver los mapas de su web. Y es que hay 26 líneas diferentes, con algunas particularidades:
Express vs local. Algunas líneas tienen dos modos: el expreso, que para sólo en las estaciones importantes (una de cada 3 ó 4), y el local, que para en todas las estaciones. Las líneas expreso son las excepción, se suelen utilizar en hora punta, y se marcan en los mapas con los puntos de estación en mayor contraste (blanco o negro) y con carteles «express» en los vagones.
Números, letras y colores. Las líneas se diferencian unas de otras un número o letra y un color. El número o letra es único e identifica la línea de forma única. El color agrupa las líneas en función de la ruta de ferrocarril física que utilizan, es decir por «los túneles» por los que transcurren. Por ejemplo, las líneas 1, 2 y 3 son rojas y recorren el oeste de Manhattan de norte a sur, mientras que las líneas M, J y Z son marrones y unen Manhattan con Brooklyn y Queens. Los colores nos pueden servir para ver que varias líneas van por el mismo camino, y quizá todas nos sirven para realizar nuestro recorrido; pero si pensamos que nos vamos a liar, lo mejor es fijarse bien en la letra o el número y olvidarse del resto.
En la próxima entrada comentaremos algunos detalles y consejos de las opciones que tenemos para los billetes del Subway.
Comenzamos una minisección sobre el viaje a Washington y Nueva York, lo que los americanos llamarían «tips and tricks«, o sea, conesejos y trucos. Y empezamos con el transporte de la capital, en concreto del servicio de metro.
La red de metro en Washington no es tan amplia como en otras ciudades (léase Nueva York), pero sus tres líneas cumplen de sobra para unir el centro con los principales puntos a visitar. Por lo que hemos podido ver, es una red moderna, muy limpia y cuidada.
Pero vamos a centrarnos en las particularidades de su sistema de billetes. Lo más importante es que hay que guardar el billete durante el recorrido. En todos los medios de transporte es necesario guardarlo por si viene el revisor, pero en éste el billete nos abre el torno de salida del metro. Esto se debe a que no hay tarifa única para todos los viajes, el precio depende de la estación de origen y destino entre las que queramos movernos, y también de la hora del día en que hagamos el viaje.
Así dicho, puede parecer complicado comprar un billete de metro, pero no es así; vamos a ver los pasos:
Cuando llegamos a la estación de metro, ir a las máquinas expendedoras (los trabajadores de los mostradores son sólo para información y control, no venden billetes). Debemos ir a las que indican «farecard«, que es como se llaman los billetes simples (sin abonos).
Estas máquinas tienen unas tablas con los horarios, pues el precio va a depender si es hora punta o no. Tenemos entonces que ver el horario en el que queremos viajar, para ver el nombre del tramo horario.
Una vez conocemos el tramo horario, en otra tabla más grande podemos consultar el precio de nuestro trayecto. En las máquinas de cada estación, están los listados de todas las estaciones de la red de metro, y para cada estación se indica el precio del trayecto en los distintos tramos horarios. Es pues, juntando el nombre de nuestra estación de destino, y nuestro tramo horario, cuando sabremos el precio final del trayecto.
Esto que puede parece complicado, acaba siendo más sencillo, ya que al final hay solo tres o cuatro precios distintos, en función del recorrido y de la hora. Pero… ¿y qué pasa si nos equivocamos de parada o cambiamos de idea a mitad de camino? No hay problema. Vemos las dos opciones:
Si el recorrido que hemos hecho es más barato que el que habíamos pagado, la parte sobrante nos queda guardada en la tarjeta. Podemos guardarla par el próximo viaje y recargarla con más dinero si fuera necesario.
Si el trayecto recorrido es más caro que el dinero de nustra tarjeta, el torno de salida no se abriría. En este caso, tenemos que utilizar otras máquinas que hay antes de la salida que sirven para eso, para pagar desfases entre tarjetas y trayectos. Pagamos la diferencia y ¡listo!
Tarjeta metro Washington, DC
Queda por añadir, que se pueden hacer trasbordos durante el trayecto, y que es necesario usar un billete por persona. Podemos consultar el mapa interactivo de la web del WMATA (Autoridad de Tránsito del Área Metropolitana de Washington). Además, como comentamos en nuestro primer cocktail de borrajas, ya aparece en los mapas de Google maps; una ventaja, sin duda.